El abandonar una piscina y no aplicar la lechada cuando corresponde trae consecuencias nefastas para su conservación.
1. Caída de gresites.
La falta de relleno en la junta provoca menos sujeción en los gresites, que pueden despegarse. Además, al no tener medio de separación entre el pegamento de los gresites y el agua, éste deteriora rápidamente el material de agarre y puede hacer que se despeguen planchas enteras de gresites.
2. Aparición de algas.
Con la falta de lechada se generan en las juntas zonas de baja circulación de agua, propensas a la aparición de algas. Especialmente las llamadas algas negras, que son muy resistentes al producto químico y que si aparecen, es muy difícil combatirlas.
3. Gresites cortantes.
Si se van cayendo gresites, se quedan aristas vistas que pueden provocar cortes a los usuarios.
4. Mala imagen.
Una piscina que le faltan gresites parece abandonada y con algas en las paredes y suelo da un aspecto poco saludable para el baño. Piscinas con estos problemas no “invitan” a bañarse.