La Promesa del Agua en Perú 2017

La elección del destino.

En 2017, el fenómeno de “El Niño” azotó con mucha fuerza a Perú, produciendo grandes daños, dejando poblaciones incomunicadas, sin suministros y sin las necesidades básicas cubiertas. Por ello, pusimos rumbo a este precioso país a dejar nuestra gota de agua.

Una lección aprendida.

En los proyectos de años anteriores, pudimos identificar una serie de errores que debían convertirse en nuestros aliados; porque lo que no te mata te hace más fuerte. Esos puntos son:

  1. La implicación de la población local es imprescindible.
  2. La jerarquía local hay que respetarla.
  3. La comunicación en el tiempo con los responsables locales es clave para el éxito del proyecto.

De forma fortuita, conocimos a una persona que sería y es nuestro enlace con el proyecto. Él nos descubrió que estábamos ante una población que cumplía con las premisas necesarias para desarrollar el proyecto:

  1. Una población consciente del problema y que antojaba el recurso que les ofrecíamos tanto como nosotros deseábamos distribuirlo.
  2. Unos gestores que nos abrían sus puertas mostrando su total disponibilidad para que les hiciéramos posible un agua óptima para consumo.
  3. Posibilidad de mantener una comunicación en el futuro que nos permitiese garantizar el recurso en el tiempo.

En busca de una localización.

A mitad de camino con destino al norte de Perú, paramos en una población que a priori sería tan solo un descanso en el largo trayecto, sin embargo, hablando con la población local conocimos la realidad sobre la gran carencia que tenían en lo que a agua de consumo se refiere. Estudiamos la población hablando con los responsables del centro de salud, intentando conocer en profundidad la calidad del agua que sale de los grifos (en este punto llegar al fondo de la cuestión de manos de los responsables se antojó imposible), hablando con responsables locales en materia de educación y con entes locales que trabajan por defender los derechos de la población. La conclusión de nuestro estudio la alcanzamos en la principal escuela del municipio, cuando al realizar una prueba con uno de los filtros y llenar un galón de agua, al lavar el filtro el agua salió literalmente marrón, debido a la cantidad de sedimentos que contenía y al escaso control sobre la calidad de agua subterránea que se distribuye a la población. De esta manera, los testimonios de los entrevistados fueron una prueba clara del problema. Habíamos encontrado el mejor lugar en el que aportar nuestra gota de agua, con un futuro prometedor, pues como bien sabemos sin educación no hay futuro por lo que los mejores embajadores posibles del proyecto serían los alumnos de la población.

El director del centro realizando pruebas de limpieza de los filtros.

#SomosElUnoPorCiento

El proyecto fue un éxito total y gracias a la lección que aprendimos conceptualizamos que el ser humano se compone por individuos y que cada uno de ellos #somoselunoporciento tiene en sus manos el poder de cambiar el futuro.   Como individuos, podemos crear grandes cambios y la suma de cada uno de nosotros generará un gran impacto, solo tenemos que ponernos en movimiento con un objetivo común. Nuestro objetivo inicial se antojaba ambicioso, ayudar en una catástrofe natural de tales dimensiones como la ocurrida meses antes de nuestra visita, sin embargo, en una población cualquiera la necesidad resultaba latente y la solución estaba en nuestra mano. Nosotros solos quizás habríamos tenido un impacto menor en nuestro reto inicial que el obtenido, materializando así nuestra inquietud de que para cambiar el mundo primero debemos cambiar nosotros ya que todo cambio local tendrá una repercusión global.

Los filtros en la escuela.

Nos llevamos un gran aprendizaje, que sin educación el efecto de nuestra acción será mínimo, y aquí nos lo pusieron fácil: en la escuela que instalamos los filtros abastecimos de agua óptima para consumo a los cerca de 300 alumnos que a día de hoy se encargan de la limpieza y mantenimiento de los filtros, entendiendo en primera persona que ya no enferman, que los filtros retienen la contaminación que les perjudica. El cambio tiene que ser en el origen, si alguien puede cambiar la gestión municipal del recurso, son ellos.

Dos niños de la escuela llevando una garrafa de agua óptima para consumo a su aula.

Dos niños de la escuela llevando una garrafa de agua óptima para consumo a su aula.

El contrato.

Las lecciones de proyectos anteriores nos llevó a crear una regla básica para todo proyecto: compromiso, lo que tradujimos en un contrato por ambas partes, que fue firmado tanto por la escuela, como por el municipio así como por la figura que creamos: nuestro interlocutor, ajeno a cualquiera de los demás firmantes y perteneciente a la población destinataria del recurso. Este contrato cumple con las reglas básicas que garantizan nuestro objetivo en el tiempo.

El contrato establece como compromiso por parte del receptor:

  • Garantizar el mantenimiento y conservación de los filtros, así como las condiciones higiénicas de los mismos.
  • Se responsabiliza que el beneficiario sean todos los destinatarios a quien se facilita dicho recurso, única y exclusivamente.
  • Implicar directamente a los consumidores finales en el funcionamiento de los filtros.
  • Comunicar mensualmente que se cumple lo establecido en este compromiso, así como comunicar cualquier duda o problema con el correcto funcionamiento de los filtros.

Por nuestra parte el compromiso establece aportar todo lo necesario para que los puntos anteriores sean viables, así como garantizar el futuro del proyecto.

El presente.

La educación eleva el grado de conciencia, en manos de cada ser humano está el poder de cambiar el futuro, la suma de todos genera el cambio.